Gabriel
Zaporta (✝️1580) descendía de una familia de judeoconversos originarios de
Monzón, ejerció como banquero de Carlos V y fue nombrado señor de Valmaña en
Cortes en 1542. Ordenó construir este palacio con motivo del inicio de su vida
conyugal con Sabina Santángel –con quien casó en segundas nupcias– alrededor de 1550.
Conjunto arquitectónico:
Esta
casa ocupó unos 1.700 m2 y respondía al modelo
tradicional aragonés, con fachada en ladrillo y un gran alero gótico mudéjar sobre
una serie de ventanas conopiales situadas en el piso superior.
Destacaba
en el conjunto su patio, único superviviente de la construcción. La galería
superior de columnas abalaustradas, los medallones del antepecho y la serie de
grutescos del friso corrido corresponden al estilo protorrenacentista, mientras que los soportes columnarios de la parte baja, de carácter antropomórfico –resultado
de la fusión de tres figuras masculinas, femeninas o monstruosas–, son manieristas, así como los
soportes estipitescos del antepecho, en los que descansan las columnillas.

Por otra
parte, la decoración del patio presenta un complejo programa iconográfico, relacionado
con la astrología y la mitología.
Para saber más sobre la
simbología del Patio de la Infanta: https://www.youtube.com/watch?v=SNcpeKiR8B0
Vida posterior de la casa:
En el edificio construido por Zaporta residieron numerosos personajes y tuvieron su sede diferentes negocios a lo largo de la historia.
En el edificio construido por Zaporta residieron numerosos personajes y tuvieron su sede diferentes negocios a lo largo de la historia.
En
1551, Carlos I se hospedó con los Zaporta durante su estancia en Zaragoza, convocando
desde esta casa en agosto a las Cortes de Castilla para el 15 de octubre en
Madrid.
El escritor e historiador barbastrense Lupercio
Leonardo de Argensola también residió aquí, debido a su matrimonio, en 1587,
con la viuda de Luis de Zaporta –hijo de Gabriel–, María Bárbara de Albión.
Jerónima
Zaporta, hija de Luis de Zaporta y de María Bárbara de Albión, fue la heredera
de la casa familiar, que vendió en 1636 a su hermanastro, Gabriel Leonardo y
Albión, para sufragar las obras de la Cartuja de la Concepción, finalizando así
la titularidad de los Zaporta sobre la casa.
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La infanta (Francisco de Goya) Infanta María Teresa de Borbón y Vallabriga |
Con el
paso del tiempo, el hogar de los Zaporta sufrió importantes cambios y
desperfectos. En 1844, según J.M. Quadrado y V. de la Fuente[1],
el patio estaba sucio y descuidado, parte de sus arcos interiores habían sido
tabicados para dedicar media galería a habitaciones, los estucos estaban
estropeados, los intercolumnios se habían cerrado con ladrillo, en la planta
baja se situaban un almacén y un taller de carruajes, que convivieron con el
Liceo Artístico y Literario y, más adelante, con el Colegio de Humanidades de
M. Ponzano. Después, en esta zona se incluyó un taller de hierro y sustituyeron
al Liceo otras instituciones, como la Academia Jurídico-Práctica Aragonesa o el
Casino de Zaragoza.
En 1871
el palacio continuaba en manos de tres hermanos Segovia y Franco como bien
proindiviso. En este año fue alquilado al Centro Monárquico Liberal de
Zaragoza, recientemente fundado para apoyar a Amadeo de Saboya. Además, en el
edificio había cinco ocupantes más y, en este mismo año, se llevó a cabo su
primera gran restauración: se reparó el patio y se instaló la iluminación a gas;
los elementos más estropeados fueron repuestos mediante el calco de otro elemento
parecido que se encontrara en el mismo patio, lo que descompuso el cuidadoso
programa iconográfico.
Posteriormente,
el edificio se dedicó a otros fines: carpintería, taller de pianos, Círculo de
la Izquierda, Casino Autonomista, carbonería, Escuela de Música, Círculo de
Obreros Católicos y, en 1885, cuando la ciudad sufrió una epidemia de cólera, un
centro de asistencia social.
Durante
el siglo XIX sufrió varios incendios, siendo el más grave de ellos el de 1894; en
él, el patio y su escalera no sufrieron grandes daños, pero el resto del
edificio tuvo que ser apuntalado y se declaró en ruinas.
A
partir de entonces hubo varios intentos de venta y derribo por parte de los propietarios
del inmueble, que trataron de frenar diversas administraciones e instituciones.
No obstante, en 1903 se procedió al derribo.
La decoración
artística, despiezada, fue adquirida por 17.000 pesetas por el anticuario francés
Ferdinand Schutz, quien montó el patio de la Casa Zaporta, primero, en el
estudio de un pintor en Neuilly y, poco después, en el número 25 del parisino Quai
Voltaire, como escaparate de su negocio. Además, durante su estancia en París,
en el Patio de la Infanta se celebraron numerosas y destacadas fiestas.
Durante
la ocupación nazi de Francia, el mariscal Goering quiso adquirir este monumento
y, años más tarde, Eva Duarte de Perón se interesó por su compra para instalarlo
en el Museo de Arte Hispano-Americano de Buenos Aires.
Seis
años después de que los propietarios de la Casa Zaporta hubiesen vendido el
patio y derruido el resto del inmueble, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de
Zaragoza compró el terreno donde se había asentado para edificar en él su sede,
el 15 de abril de 1909.
Regreso a Zaragoza:
En 1957
los sucesores de Schutz pusieron el patio a la venta por cese de negocio. La Caja
de Ahorros –actual IberCaja– acordó al año siguiente su compra y repatriación
por tres millones de pesetas. Años después, en 1971, la Caja decidió construir
una nueva sede central donde instalar, como elemento representativo, el patio.
Este montaje
corrió a cargo de la casa Tricas. La ausencia de algunos de los elementos
primitivos fue subsanada con nuevos elementos: se incluyeron como obra nueva las
vigas del techo de la planta baja, los techos de la galería, los pavimentos y una
cubierta de vidrio, tratando en todos ellos de conservar la estética original.
Además,
se llevó a cabo una limpieza en profundidad del patio, retirando, entre otros
elementos ajenos, una capa de pintura gris que se hizo desaparecer mediante
disolventes.
Actualmente,
el Patio de la Infanta es visitable dentro del edificio central de IberCaja, en
la calle San Ignacio de Loyola, 16 (Zaragoza).
Para visitar el Patio de la Infanta:
Bibliografía:
Esteban
Lorente, Juan Francisco, El Palacio de Zaporta y el Patio de la Infanta, Ibercaja, Zaragoza, 1995.
Fatás
Cabeza, Guillermo, El
Patio de la Infanta: guía sucinta, Ibercaja,
1995.
Royo
Sinués, José María, El
patio de la infanta, Caja de
Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, Zaragoza, 1985.
AMPLIO Y AMENO ARTÍCULO. UNA PREGUNTA: ¿DÓNDE SE ENCONTRABA UBICADO EL EDIFICIO?
ResponderEliminarSe situaba entre las actuales calles San Andrés, San Jorge y Gabriel Zaporta, pero, como ha podido leer, ahora de aquel edificio no queda más que su patio, desplazado de su ubicación original.
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