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lunes, 7 de enero de 2019

La Casa de los Zaporta y el Patio de la Infanta (Zaragoza). Una nueva vida en París.


Contexto histórico:
Gabriel Zaporta (✝️1580) descendía de una familia de judeoconversos originarios de Monzón, ejerció como banquero de Carlos V y fue nombrado señor de Valmaña en Cortes en 1542. Ordenó construir este palacio con motivo del inicio de su vida conyugal con Sabina Santángel –con quien casó en segundas nupcias– alrededor de 1550.


Conjunto arquitectónico:
Esta casa ocupó unos 1.700 m2 y respondía al modelo tradicional aragonés, con fachada en ladrillo y un gran alero gótico mudéjar sobre una serie de ventanas conopiales situadas en el piso superior.
Destacaba en el conjunto su patio, único superviviente de la construcción. La galería superior de columnas abalaustradas, los medallones del antepecho y la serie de grutescos del friso corrido corresponden al estilo protorrenacentista, mientras que  los soportes columnarios de la parte baja, de carácter antropomórfico –resultado de la fusión de tres figuras masculinas, femeninas o monstruosas–, son manieristas, así como los soportes estipitescos del antepecho, en los que descansan las columnillas.
Puede entenderse este patio como un Templo de la Fama en el que destacan los retratos de varios personajes principales. Por ejemplo, todos los medallones del costado sur se dedican a miembros de la dinastía Austria, ocupando Carlos I el lugar central. Zaporta trató así de honrar a su benefactor y al linaje de este.
Por otra parte, la decoración del patio presenta un complejo programa iconográfico, relacionado con la astrología y la mitología.

Para saber más sobre la simbología del Patio de la Infanta: https://www.youtube.com/watch?v=SNcpeKiR8B0

Vida posterior de la casa:
En el edificio construido por Zaporta residieron numerosos personajes y tuvieron su sede diferentes negocios a lo largo de la historia. 
En 1551, Carlos I se hospedó con los Zaporta durante su estancia en Zaragoza, convocando desde esta casa en agosto a las Cortes de Castilla para el 15 de octubre en Madrid.
El escritor e historiador barbastrense Lupercio Leonardo de Argensola también residió aquí, debido a su matrimonio, en 1587, con la viuda de Luis de Zaporta –hijo de Gabriel–, María Bárbara de Albión.
Jerónima Zaporta, hija de Luis de Zaporta y de María Bárbara de Albión, fue la heredera de la casa familiar, que vendió en 1636 a su hermanastro, Gabriel Leonardo y Albión, para sufragar las obras de la Cartuja de la Concepción, finalizando así la titularidad de los Zaporta sobre la casa.

La infanta (Francisco de Goya)
Infanta María Teresa
de Borbón y Vallabriga
El nuevo propietario dejó el inmueble a su hijo Miguel Leonardo, quien lo vendió a Gabriel de Franco. El edificio continuaba en manos de la familia Franco cuando, en el siglo XVIII, se alquiló simultáneamente para varios usos. Así, por ejemplo, albergó en su planta baja la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica. También fue residencia de Ramón de Pignatelli –canónigo, miembro de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País e impulsor del Canal Imperial de Aragón– hasta su muerte en 1793. Por otra parte, tras el incendio de la «Casa de las Comedias» de 1778, el patio sirvió como marco para las representaciones teatrales en la ciudad. Finalmente, tras la muerte de su esposo en 1785, la infanta Vallabriga –viuda del infante Luis Alonso Jaime y, por tanto, cuñada de Carlos III– regresó a su Zaragoza natal, residiendo en la casa de los Zaporta hasta 1809, cuando la ocupación francesa la obligó a refugiarse en Mallorca hasta 1814. Gracias a esta ilustre inquilina el patio central de la casa se conoce como «Patio de la Infanta».
Con el paso del tiempo, el hogar de los Zaporta sufrió importantes cambios y desperfectos. En 1844, según J.M. Quadrado y V. de la Fuente[1], el patio estaba sucio y descuidado, parte de sus arcos interiores habían sido tabicados para dedicar media galería a habitaciones, los estucos estaban estropeados, los intercolumnios se habían cerrado con ladrillo, en la planta baja se situaban un almacén y un taller de carruajes, que convivieron con el Liceo Artístico y Literario y, más adelante, con el Colegio de Humanidades de M. Ponzano. Después, en esta zona se incluyó un taller de hierro y sustituyeron al Liceo otras instituciones, como la Academia Jurídico-Práctica Aragonesa o el Casino de Zaragoza.
En 1871 el palacio continuaba en manos de tres hermanos Segovia y Franco como bien proindiviso. En este año fue alquilado al Centro Monárquico Liberal de Zaragoza, recientemente fundado para apoyar a Amadeo de Saboya. Además, en el edificio había cinco ocupantes más y, en este mismo año, se llevó a cabo su primera gran restauración: se reparó el patio y se instaló la iluminación a gas; los elementos más estropeados fueron repuestos mediante el calco de otro elemento parecido que se encontrara en el mismo patio, lo que descompuso el cuidadoso programa iconográfico.
Posteriormente, el edificio se dedicó a otros fines: carpintería, taller de pianos, Círculo de la Izquierda, Casino Autonomista, carbonería, Escuela de Música, Círculo de Obreros Católicos y, en 1885, cuando la ciudad sufrió una epidemia de cólera, un centro de asistencia social.
Durante el siglo XIX sufrió varios incendios, siendo el más grave de ellos el de 1894; en él, el patio y su escalera no sufrieron grandes daños, pero el resto del edificio tuvo que ser apuntalado y se declaró en ruinas.

El patio desmontado (AHPZ)
Derribo y traslado a París:
A partir de entonces hubo varios intentos de venta y derribo por parte de los propietarios del inmueble, que trataron de frenar diversas administraciones e instituciones. No obstante, en 1903 se procedió al derribo.
La decoración artística, despiezada, fue adquirida por 17.000 pesetas por el anticuario francés Ferdinand Schutz, quien montó el patio de la Casa Zaporta, primero, en el estudio de un pintor en Neuilly y, poco después, en el número 25 del parisino Quai Voltaire, como escaparate de su negocio. Además, durante su estancia en París, en el Patio de la Infanta se celebraron numerosas y destacadas fiestas.
Durante la ocupación nazi de Francia, el mariscal Goering quiso adquirir este monumento y, años más tarde, Eva Duarte de Perón se interesó por su compra para instalarlo en el Museo de Arte Hispano-Americano de Buenos Aires.
Seis años después de que los propietarios de la Casa Zaporta hubiesen vendido el patio y derruido el resto del inmueble, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza compró el terreno donde se había asentado para edificar en él su sede, el 15 de abril de 1909.

Regreso a Zaragoza:
En 1957 los sucesores de Schutz pusieron el patio a la venta por cese de negocio. La Caja de Ahorros –actual IberCaja– acordó al año siguiente su compra y repatriación por tres millones de pesetas. Años después, en 1971, la Caja decidió construir una nueva sede central donde instalar, como elemento representativo, el patio.
Este montaje corrió a cargo de la casa Tricas. La ausencia de algunos de los elementos primitivos fue subsanada con nuevos elementos: se incluyeron como obra nueva las vigas del techo de la planta baja, los techos de la galería, los pavimentos y una cubierta de vidrio, tratando en todos ellos de conservar la estética original.
Además, se llevó a cabo una limpieza en profundidad del patio, retirando, entre otros elementos ajenos, una capa de pintura gris que se hizo desaparecer mediante disolventes.
Actualmente, el Patio de la Infanta es visitable dentro del edificio central de IberCaja, en la calle San Ignacio de Loyola, 16 (Zaragoza).




Para visitar el Patio de la Infanta:

Bibliografía:                                      
Esteban Lorente, Juan Francisco, El Palacio de Zaporta y el Patio de la Infanta, Ibercaja, Zaragoza, 1995.
Fatás Cabeza, Guillermo, El Patio de la Infanta: guía sucinta, Ibercaja, 1995.
Royo Sinués, José María, El patio de la infanta, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, Zaragoza, 1985.




[1] Guillermo Fatás Cabeza, El Patio de la Infanta: guía sucinta, Ibercaja, 1995, p. 12.



2 comentarios:

  1. AMPLIO Y AMENO ARTÍCULO. UNA PREGUNTA: ¿DÓNDE SE ENCONTRABA UBICADO EL EDIFICIO?

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    1. Se situaba entre las actuales calles San Andrés, San Jorge y Gabriel Zaporta, pero, como ha podido leer, ahora de aquel edificio no queda más que su patio, desplazado de su ubicación original.

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